Un fallo por despresurización en el Falcon obliga al regreso a Torrejón
Un fallo inesperado en el avión oficial del Gobierno, un Falcon 900, ha forzado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez a cancelar su viaje a París y a tener que regresar de inmediato a la base aérea de Torrejón de Ardoz, en Madrid. El incidente, ocurrido en la mañana del jueves, se ha atribuido a un riesgo de despresurización de la cabina, un contratiempo de seguridad que las fuentes oficiales confirmaron y que no es la primera vez que afecta a la flota presidencial.
Sánchez se dirigía a la capital francesa para participar en la reunión de la Coalición de Voluntarios por Ukrania, un encuentro organizado por el presidente francés, Emmanuel Macron, en apoyo al líder ucraniano, Volodímir Zelenski. Debido al grave imprevisto aeronáutico, el Presidente del Gobierno español finalmente participó en la cumbre mediante una conexión por videoconferencia, conectándose directamente desde su despacho en el Palacio de la Moncloa.
El incidente con el avión Falcon se identificó poco después de despegar, en las primeras etapas del vuelo. Ante la más mínima señal de una posible despresurización de la cabina, y siguiendo estrictamente los protocolos de seguridad aérea que exigen una respuesta inmediata, la tripulación no dudó en abortar la misión y regresar de inmediato al aeródromo de origen, priorizando así la seguridad como medida de precaución fundamental. El aparato aterrizó sin mayores incidentes en la base de Torrejón aproximadamente a las 9:45 de la mañana, apenas quince minutos antes del inicio previsto de la cumbre en París.
Para agilizar su traslado y no perder detalle de la agenda, el Presidente se desplazó rápidamente en helicóptero hasta su despacho en el Palacio de la Moncloa. Desde allí, el presidente Sánchez se incorporó a la reunión a través de una videollamada con el palacio del Elíseo. Esta medida de último minuto situó al presidente español en el mismo formato de asistencia telemática que otros destacados líderes internacionales, caso del primer ministro británico Keir Starmer y del presidente estadounidense Donald Trump, quienes también siguieron las deliberaciones a distancia.

La cumbre en París reunió de forma presencial a una selecta representación de mandatarios, entre los que se encontraban, además de Macron y Zelenski, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el canciller alemán, Friedrich Merz, y el primer ministro polaco, Donald Tusk. En total, una treintena de líderes siguieron las discusiones de manera virtual.
Este incidente pone de nuevo el foco en el estado de la flota aérea del Gobierno español. El incidente de despresurización en el avión presidencial no es un hecho aislado, sino que forma parte de un patrón de fallos técnicos recurrentes en la flota gubernamental. Esta circunstancia ha reavivado la polémica en torno a la urgente modernización, e incluso sustitución, de la flota aérea gubernamental, un paso considerado esencial para asegurar por completo los desplazamientos oficiales de las más altas instituciones del Estado.
A pesar del contratiempo del fallo técnico en el avión, la agenda oficial del Presidente Sánchez no sufrió cambios relevantes. El mandatario pudo intervenir con completa normalidad en la cumbre a través de videoconferencia, y se espera que en las próximas horas ofrezca su valoración personal sobre los acuerdos adoptados durante su comparecencia en las ruedas de prensa posteriores al evento.
El suceso con el avión presidencial demuestra que el cumplimiento de los protocolos de seguridad es innegociable, primando sobre cualquier agenda y forzando el retorno a la base. Al mismo tiempo, subraya el valor esencial que han ganado las comunicaciones telemáticas en las relaciones internacionales actuales. Las videoconferencias se han revelado como un instrumento diplomático indispensable, capaz de asegurar la continuidad operativa y sortear imprevistos de último minuto sin comprometer los compromisos políticos.