El TSJCyL valora el recurso expuesto por los familiares contra la desestimación por silencio administrativo. La sentencia, que reconoce la “errónea actuación”, condena a la administración a recompensar a los hijos de la paciente
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) condenó a la Consejería de Sanidad de esta comunidad autónoma a remunerar a los familiares de una paciente que murió en octubre del año 2020 en el Hospital Río Carrión de Palencia a causa de una infección por Covid-19, de la que se infectó en el mismo centro de salud, de acuerdo a la sentencia suministrada por la asociación El Defensor del Paciente.
La Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJCyL estimó el recurso expuesto por los familiares de la fallecida, en un proceso en el que han estado representados por el letrado Santiago Díez, de la mencionada asociación, contra la desestimación por silencio administrativo de la reclamación expuesta por responsabilidad sanitaria, al estimar que existió una infracción de la lex artis al ingresar a la paciente sospechosa de presentar Covid-19 con una paciente que ya había sido confirmada.
De acuerdo a la Asociación del Defensor del Paciente a la que se dirigieron los primogénitos de la víctima, se trata de M.P.G. de 75 años que presentaba pluripatologías que la convertían en paciente de riesgo, de una “condena pionera” al Sacyl, en una sentencia en la que se reconoce un “error” en la actuación del centro hospitalario, por el que deberán recompensar a los hijos.
La sentencia reconoce la “errónea actuación”
La mujer fallecida fue tratada por su dolencia y continúo arrojando resultado negativo en Covid-19 a los 7 días, cuando se le repitió la prueba PCR, sin embargo, a los 14 días presentó síntomas compatibles con Covid-19 y la PCR ya arrojó positivo; su condición de salud se complicó hasta que murió el 9 de octubre a causa de las complicaciones emanadas por una infección por Covid-19.
La sentencia reconoce una “errónea actuación” de la administración sanitaria, ya que “parece obvio y no se requiere ningún protocolo que lo justifique, es de sentido común, no permitir que una persona sospechosa de ser contagiosa ingrese en una habitación donde comparte habitación con otra persona que ya ha sido diagnosticada”.
También, el centro hospitalario tenía suficientes recintos para admitir a la paciente en una sala no compartida, “lo que hubiera podido prevenir la infección hospitalaria que se produjo al ingresar a la paciente a una habitación con una ya confirmada con Coronavirus”.
El positivo debía confirmarse con otra prueba
La mujer ingresó a Urgencias el día 6 de septiembre de 2020 en el Hospital Río Carrión presentando un cuadro febril por una celulitis con bacteriemia. Entre las pruebas requeridas incluyeron una muestra de sangre para hemocultivo y otra muestra de hisopo nasofaríngeo para prueba de Antígenos para SARS-COV-2.
El test de antígenos arrojó positiva, aunque con la sugerencia del laboratorio del mismo centro hospitalario que cualquier resultado positivo en esa prueba inicial debía confirmarse con la ejecución de otra prueba más precisa, COVID-TMA, con una nueva toma de sangre. Aun así, sin confirmar la sospecha, con el diagnóstico de cuadro febril fue ingresada en la unidad Covid-19 en una sala donde ya se encontraba una paciente con Coronavirus.
El 7 de septiembre cerca de las 12:00 horas, el médico encargado de la paciente informó a sus familiares que la mujer había arrojado negativo en la prueba TMA para Covid-19, aun así el galeno les comunicó que la mujer permanecería en aislamiento.
Posteriormente, ese mismo día, la compañera de habitación de M.P.G. se comunicó con sus hijos para decirles que le hicieran llegar algunas pertenencias a su madre, incluido un teléfono móvil, advirtiéndoles que su madre estaba ingresada en su sala y que ella era positiva en Covid-19.
Los progenitores, de inmediato, se comunicaron con el Complejo Asistencial Universitario de Palencia al no saber la noticia, sin embargo, no la trasladaron a una habitación aislada hasta las 20:00 horas.
A la paciente se le suministró tratamiento por la enfermedad con la cual ingresó, sin embargo, presentó un resultado positivo de PCR a los 7 días del ingreso y del contacto hospitalario, presentó síntomas de Covid-19 a los 14 días de haberla ingresado, muriendo a causa de la infección por Covid-19 por complicaciones de dicha enfermedad a los 19 días de desarrollarse los síntomas clínicos.