El plan migratorio del PP propone elevar exigencias lingüísticas y culturales para la nacionalidad española y reforzar el control fronterero
El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha presentado en Barcelona su plan migratorio del PP, una propuesta que plantea endurecer significativamente los requisitos para acceder a la nacionalidad española. Bajo el lema «la nacionalidad española no se regala, se merece», el líder conservador ha defendido la necesidad de elevar el nivel de exigencia lingüística, cultural y constitucional para los inmigrantes que aspiran a obtener la ciudadanía española. Esta presentación del plan migratorio del PP se produce en un contexto de intensa competencia por el electorado conservador y ante el crecimiento en las encuestas de formaciones como Aliança Catalana.
Feijóo ha argumentado que la nacionalidad «no puede ser un mero trámite administrativo» sino que debe constituir «un reconocimiento a quienes han demostrado, con hechos, su voluntad de integrarse». El plan migratorio del PP busca, según sus palabras, «devolver a la nacionalidad su sentido más elevado, que sea un premio al esfuerzo y a la integración real y no una simple gestión burocrática». El líder popular ha subrayado que «ser español no es solo vivir en España, es participar de un proyecto común, compartir una historia, unos valores y un destino».
Reforma del sistema de asilo y arraigo
El plan migratorio del PP incluye una revisión profunda de las figuras del asilo y el arraigo, que según Feijóo deben responder a «excepcionalidades» y no convertirse en vías de «regularización automática» de migrantes. La propuesta contempla excluir del listado de países de asilo a aquellos territorios «donde no existe riesgo grave para la persecución política» y establecer que el arraigo sea también «excepcional». El plan migratorio del PP define el arraigo como una oportunidad individual para quienes «han demostrado con hechos su compromiso para con nuestro país» y no como una vía masiva de regularización.
Esta posición choca frontalmente con la reforma del Reglamento de Extranjería que entró en vigor en mayo, la cual precisamente refuerza y amplía el arraigo como herramienta legal para regularizar a extranjeros. La normativa actual establece cinco tipos de arraigo: social, sociolaboral con exigencia de contrato, familiar, socioformativo y de segunda oportunidad. Además, reduce en la mayoría de casos el tiempo de permanencia requerido en España de tres a dos años, facilitando así los procesos de integración para los solicitantes de asilo.

Sistema de visados por puntos y control fronterizo
Uno de los pilares centrales del plan migratorio del PP es la implementación de un sistema de visado por puntos que garantice que los inmigrantes lleguen a España con un contrato de trabajo previamente concertado. Feijóo ha abogado por reducir la burocracia y facilitar la contratación en origen mediante visados temporales, estableciendo que «finalizado ese visado, si tiene trabajo, el inmigrante se queda y, si no, se va». El plan migratorio del PP también establece la pérdida automática de la residencia cuando se cometa algún delito, bajo el principio de «tolerancia cero».
El plan migratorio del PP propone asimismo reforzar significativamente el control de fronteras con más agentes y solicitando «Frontex en su totalidad». Feijóo ha defendido el derecho a «decidir quién entra, cómo entra y para qué entra» en territorio español. La lucha contra las mafias de tráfico de personas constituye otro eje fundamental del plan migratorio del PP, que plantea reformar la Ley Orgánica del Poder Judicial, la ley de Extranjería y el Código Penal para permitir perseguir estos delitos en aguas internacionales cuando los migrantes sean rescatados por autoridades españolas o lleguen a puertos nacionales.
Medidas contra el fraude y reacción del Gobierno
El plan migratorio del PP incluye medidas específicas para «combatir el fraude» de inmigrantes adultos que se hacen pasar por menores de edad. Feijóo ha propuesto que «la verificación de la edad de un menor debe resolverse en un máximo de 72 horas» y ha anunciado que incluirá en el Código Penal la tipificación como delito de este tipo de fraudes. El plan migratorio del PP promueve además, «siempre que sea posible», el retorno de los menores a sus familias de origen.
La presentación del plan migratorio del PP ha generado una inmediata reacción por parte del Gobierno. La portavoz ejecutiva y ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, ha criticado duramente las declaraciones de Feijóo sobre barrios «irreconocibles», señalando que «lo que le pasa al líder del PP es que no le preocupa tanto la inmigración cuando, en esos barrios, lo que sucede es que ricos de otros países vienen a comprarse bloques enteros». El Ejecutivo ha acusado a Feijóo de usar la inmigración «como su socio Santiago Abascal, de manera populista, para generar miedos en la sociedad española».
El plan migratorio del PP se enmarca en una estrategia política de diferenciación tanto del Gobierno de Pedro Sánchez como de Vox, buscando presentar una alternativa que Feijóo describe como equidistante entre «el descontrol» que atribuye al Ejecutivo socialista y «cerrar todas las puertas» que imputa a la formación de Abascal. La presentación en Barcelona no es casual, dado que Cataluña se ha convertido en un territorio clave en la pugna por el espacio conservador y donde la inmigración representa una preocupación creciente según los últimos sondeos del CIS.