En Letur falta por localizar otras 3 personas desaparecidas desde el pasado martes 29 de octubre por las fuertes precipitaciones

Las oficinas ante mortem (dispuestas por la Policía Nacional y la Guardia Civil para hacer denuncias de desapariciones) registraban a las 20.00h de este martes 89 casos activos como consecuencia de la DANA en Valencia y consecuentes anegaciones que afectaron a dicha localidad el pasado martes 29 de octubre, de acuerdo a las cifras del Centro de Integración de Datos (CID).

Estos casos activos conciernen únicamente a las denuncias donde las familias han proporcionado diversos datos y proveído muestras biológicas que faciliten la posterior identificación de sus parientes, explicó el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV).

El CID señala que es fundamental hacer constatar que las denuncias de personas desaparecidas con expediente activo en las oficinas ante mortem no corresponden a la cifra total de desaparecidos que podría haber provocado la catástrofe, ya que puede haber casos de gente desaparecida que aún no se hayan denunciado.

62 cadáveres aún sin identificar

Asimismo, dichos 89 casos activos por desapariciones denunciadas se relacionan con la cifra de personas muertas a las que ya se les ha realizado la autopsia en el Instituto de Medicina Legal (IML) pero están a la espera de su identificación, que aumentan a 62.

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De acuerdo al reciente recuento del CID, cerrado a las 20.00h de este martes, el equipo forense ha practicado durante toda esta tragedia 195 autopsias a personas muertas a causa de la DANA en Valencia, los mismos que han accedido a la morgue de la Ciudad de la Justicia de Valencia.

Hay que sumar a los desaparecidos en Valencia el caso de otras 3 personas que a esta hora se encuentran en búsqueda en Letur y Castilla-La Mancha. En la localidad albaceteña, muy perjudicada por la DANA, fueron localizados 4 cuerpos.

Eduardo González, habitante de Paiporta: “Estamos vivos de casualidad”

Hace 4 años, Eduardo González llegó a Valencia. Después del paso de la Filomena y la muerte de su esposa, este hombre dejó atrás toda su vida en Madrid y se mudó a Paiporta, cerca de sus 2 hijos. El martes pasado, experimentó algo que jamás se había imaginado: “En pocos minutos, estaba con 3 vecinos en medio de la inundación con el agua hasta el pecho”, recuerda. González fue una de las personas que vivió la catástrofe en primera persona y se siente afortunado de haber sobrevivido y poder contarlo.

El hombre estaba viendo la televisión cuando los primeros coletazos de la inundación empezaron a oírse en su calle. “Me asomé por la ventana y vi a muchas personas corriendo y no comprendía qué pasaba”. Un vecino le alertó que “venía el agua”, por lo que de inmediato, agarró las llaves del vehículo y fue al garaje para llevarlo a un “lugar seguro”. Ese sitio quedaba a unos 30 metros de su casa, en un altillo adyacente a la plaza de la localidad. González cuenta que, en ocasiones, los garajes se anegan por el paso de la gota fría. “Normalmente sacamos los coches antes de que pase para evitar que se repleten de barro”. Pero nadie pensaba lo que iba a suceder.

“El rescate no iba a llegar”

En tan solo 5 minutos, un río de vehículos amenazaba con arrastrar todo a su marcha. En ese instante, González se sujetó a una farola, a pesar de que, en poco tiempo, la marea de coches se la llevó por el medio. “Después fui pasando de vehículo en vehículo hasta que llegue al lado de mi vecino. El otro vecino, se había montado a un árbol”. Se quedaron aproximadamente 4 horas en esa circunstancia, mientras los vehículos que no habían cedido a la fuerza de la inundación se hundían lentamente. “Veía sus faros encendidos y pensaba que era un zodiac, pero no… El rescate no iba a llegar”. Relata que fueron instantes de mucha angustia: “Estamos vivos de casualidad. Hacía un frío…”

Cuenta que pudieron moverse solo cuando el agua bajó su nivel. La alerta sobre la DANA en Valencia llegó muy tarde. “Oímos el pitido y la vibración después de media hora cuando ya teníamos el agua casi hasta el pecho”. González había guardado su teléfono en la capucha de su chaqueta. Esa noche no llovió en Paiporta, aunque González rememora que hacía bastante viento. “Creíamos que habían destapado una presa para desaguar. Imagínate lo desinformada que estaban las personas”.

González reside en la localidad más nueva de Paiporta y dice que la peor parte la vivieron los habitantes de la parte antigua de la zona, en Casas Rojas. “Gran parte de los edificios y establecimientos son bajos. Y, claro, llega una borrasca de agua y no tienes a donde escapar”. Allí fue donde se desplomó un puente de casi un kilómetro que circuló las redes sociales rápidamente. “Lo arrastró la crecida como si fuera de papel de paja”.

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“No se ha salvado casi nada”

La vivienda de González, como la de mucha gente, quedó inundada tras la DANA. Ahora, el día a día de este hombre consiste en sacar bolsas de barro y botar gran parte de sus enseres. “No se salvó casi nada. Ya no me paro, si hay algo que no voy a utilizar lo botó”, dice. Lo que sí que le entristece son las fotos y cuadros que perdió por la inundación. Él vive alquilado, aunque se enteró de que hay ayudas para recuperar el mobiliario perdido, a pesar de que estés en una vivienda en alquiler.

A pesar de que la DANA puso de manifiesto la humanidad de mucha gente, también reveló el lado más oscuro de las personas. Mucha gente aprovecha, especialmente por la noche, para saquear centros comerciales y casas. “Aquí hay 2 vecinos que se están turnando para vigilar durante las noches, puesto que tenemos máquinas de extracción de agua”, dice González, quien reprocha la actitud de estas personas que, según él, lo hacen sin necesidad.

Después de varios días, contando únicamente con la ayuda de habitantes y voluntarios, el personal de la Unidad Militar de Emergencias (UME), Policías y Bomberos ya están trabajando en la localidad. Muchas de las avenidas ya fueron despejadas para que los servicios de emergencia puedan continuar colaborando.

Paiporta es una de las localidades más perjudicadas por la DANA y aún continúan en la búsqueda de desaparecidos. “Este lunes hallaron varios fallecidos en un garaje cercano”, afirma González. Afortunadamente, en su garaje no se quedó ninguna persona atrapada.

“Las personas siguen en shock mientras trabajan día y noche”, dice González, quien resalta la fortaleza del pueblo valenciano a pesar de las desgracias. González reconoce que se le salen las lágrimas casi todos a diario, como aquel siniestro martes. “Cuando logré salir de la inundación me puse a llorar al ver todo a mi alrededor”, rememora, a pesar de que ahora solo desea luchar para seguir adelante.